21 julio 2005

Bajo el volcan...

Otra vez...

Otra vez las carreras...Si las explosiones hubieran sido más grandes, quizás no hubiésemos estado tan mal, pero eran simplemente esos "pops" de los que todo el mundo hablaba. Eran la posibilidad de que no fueran bombas convencionales, sino nucleares, biológicas, químicas...En cierto momento si hemos tenido pánico, pánico autentico, pánico de que el mundo se nos cayera encima.

Alguien ha llamado del hospital, de mi antigua planta, preguntando por mi, porque mi nombre estaba en una lista de gente con entrenamiento biológico, y había cierta información de que cierto artefacto podía ser de ciertas características, y estaban recopilando datos de toda la gente disponible con ese entrenamiento porque en ese preciso instante nadie en urgencias estaba capacitado para atender una emergencia bio-química...dios mio, que querrían de mi? que me metiese en un trajecito de 4 milímetros de espesor y me pusiera a esperar a la nube tóxica?

Al menos esta vez nos ha pillado a todos juntos. Al menos esta vez hemos podido todos ver en la tele como nuestro hospital se convertía en el péndulo de Foucault de toda la tierra. No se podía salir del edificio, y cuando la policía nos dejo salir, en Tottenham Court Road se podía ver un autobús 134 atravesado en la carretera, y todo estaba lleno de cintas que impedían pasar hacia ningún lado, forzándonos a crear un anfiteatro romano en el que los espectadores no sabían si ellos mismos pronto pasarían a la arena.

4 bloques alrededor del hospital estaban cortados, y el camino de regreso a la estación nos llevo por delante del edificio de la British Medical Association donde todavía quedaban marcas de la anterior amenaza, donde el autobús numero 30 llego a su ultima parada.

La vuelta a casa fue surreal. Londres perdió toda la magia, se convirtió en una ciudad provinciana, sin vida, un pelele.

Recomendación cinematográfica del día: El viento en los sauces. Es una película de dibujos animados británica, en la que una pareja de ancianos se encuentra que el invierno nuclear se convierte en realidad. El hecho de que sean dibujos la hace mas ponzoñosa. Un testimonio sobre la locura...

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